Desde hace un par de años soy dueá de un chiuaua con alma de gato, y sinceramente no lo cambiaría, aunque se
cuesque a traición y le dé por ladrar siempre que viene alguien a casa. Y cómo tengo un día de esos tontos, os pongo unas fotitos de estas tiernas mascotas.
Azúcar asegurado, diabéticos abstenerse.
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